
PRÓLOGO
¿Quién rasgo el pétalo con que
se construyeron los sueños de igualdad entre los seres humanos, quién cerro la
ventana para que no se viera la calle desde adentro, dónde se ahogó el grito
antes de que se fuera la vida por la rendija de la violencia…?,¿En qué alfabeto
se perdieron las letras con que se escribe libertad, amor, igualdad,
solidaridad, respeto...?;¿Con qué metal de palabras se hizo el puñal que
atraviesa el alma…?;¿Cuándo desaparecieron los espejos que refleja la memoria
del dolor hecho heridas y moretones…?; ¿Quién va a pagar la deuda de
siglos de discriminación, exclusión y marginalidad…? ¿Por qué la pobreza se
hizo mujer y la vida amargura…?
No es accidental que en el corazón de las mujeres latinoamericanas, haya germinado la semilla de la inconformidad para sacar del silencio la palabra BASTA y llenarla de dolorosos relatos de vida, que no por vestirlos de literarios, dejan de ser conmovedores. Las mujeres de nuestro país, como las de todo el continente, tienen a sus espaldas una historia de dolor y al frente un universo de incertidumbres como promesa de futuro. Las que se han emancipado han pagado el costo de todos los señalamientos y su rebeldía se observa con desconfianza.
La cultura patriarcal contempla con terror la inteligencia de las mujeres y la minimiza.
¿Quién ha de negar que somos humanidad gracias a lo que ellas han construido colectiva y solidariamente, en un universo de negación y falta de oportunidades…?
¿Por qué no le preguntan en la madrugada de todos los días a las campesinas de nuestro país, de qué vientre proviene el pan que consumimos y las razones de su angustia por la falta del llanto, ante el desborde del dolor generado por la guerra…?
¿Será que el sol no es testigo de excepción del sudor, y la sangre de las mujeres a las que se les agotó el aire, en las minas de oro donde no se iluminó nunca su pobreza…?
¿Alguien ha leído con juicio la mirada de las mujeres indígenas, con sus hijos a la espalda, al frente de las barricadas, defendiendo sus territorios y culturas…?
¿Cómo se consumió la vida de las mujeres del común alrededor de los fogones y en los fregaderos sin más expectativas de vida que el día a día...?
¿Quién se inventó que el amor es un engaño que conduce al sufrimiento… o que siendo iguales, si no superiores, se les pague diferente?
¿Por qué cuando se empoderan se les considera díscolas y se les desconoce?
Hay un camino largo de visibilización de la violencia contra la mujer que hay que recorrer, un inmenso silencio por romper y un espacio grande que construir, para que la igualdad sea posible y los derechos se les garanticen a plenitud.
La publicación de este libro ¡Basta! Mujeres colombianas contra la violencia de género, se hace como un reconocimiento de la deuda histórica que se tiene con nuestras mujeres, pero sobre todo como un acto de justicia que hace eco a su voz empoderada reclamando sus derechos.
Bogotá, Ciudad Universitaria, 3 de Junio de 2015
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