martes, 25 de agosto de 2015

Mujer y Derechos Humanos, CHILE

Situación de la mujer desde una perspectiva de género y enfoque de derechos. 


LISSETH JOHANA BARRERA CELY 
ESPECIALIZACIÓN EN PEDAGOGÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS
COD: 201513704. GRUPO 1. UPTC


RESUMEN 
Tiene la intención este trabajo, abordar el tema de Derechos Humanos en relación con la mujeres, desarrollándolo desde una perspectiva de género y enfoque de derechos, que permita fundamentar que existe necesidad de construir políticas publicas encaminadas a crear modelos con criterios de equidad social e igualdad de oportunidades acordes con el nuevo contexto de modernización y desarrollo global. El marcado historial de violencia que deja el régimen de dictadura es antecedente que permite comprender que Chile tuvo una política oficial y sistemática de violación inminente de Derechos Humanos.


PALABRAS CLAVE 
Enfoque, Género, Desarrollo, Dictadura, Violencia, Igualdad, Derechos, Dignidad, Mujer, Institucionalización.


ABSTRACT
It is the intention of this work, address the issue of human rights in relation to women, developing it from a perspective of gender and rights approach, allowing to substantiate that there is need to build policies public aimed at creating models with criteria of social equity and equal opportunities in line with the new context of modernization and global development. Marking history of violence that leaves dictatorship is history allowing understand that Chile had a formal and systematic policy of imminent violation of human rights. 


KEY WORDS
Focus, gender, development, dictatorship, violence, equality, rights, dignity, female, institutionalization.


PRESENTACIÓN
La temática a tratar en este trabajo, está basada en los procesos y razonamientos que se enmarcan en la necesidad actual de incorporar el enfoque de género, con el objetivo de atender a las dificultades y desigualdades que existen con relación al mismo, dentro del contexto de la modernización y el desarrollo, Chile lucha por incluir políticas públicas que tengan como propósito la inclusión y modelo de igualdad de derechos y oportunidades de hombres y mujeres, para avanzar en dirección al fortalecimiento de la participación en la sociedad, y contribuir a la redistribución equitativa de las cargas en las relaciones de género.  


SITUACIÓN ACTUAL DE LA MUJER, REFERENTES ESPECIFICOS.


Actualmente, dentro de las políticas de gobierno del estado chileno y conforme a su constitución, se lucha por contribuir a crear condiciones sociales que permitan a todos sus habitantes el pleno goce, respeto y garantías de sus derechos consagrados, promover la participación ciudadana en igualdad de oportunidades para fomentar el bien común atendiendo a las necesidades públicas en forma continua y permanente.


De acuerdo con estos lineamientos, no es tan claro el panorama, el informe elaborado por la Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos[1], muestra que para el caso de las mujeres chilenas, puede evidenciarse que son blanco de la discriminación económica, pues teniendo sociedad conyugal vigente, por ejemplo, no tienen derecho a administrar sus propios bienes, y la representación política en algunos sectores de la sociedad es menor frente a los hombres, aunque ha habido avances en el tema, la representación femenina es muy baja, es  alarmante que las mujeres tengan niveles altos de desempleo y que perciban salarios menores que los hombres, pues la participación laboral de las mujeres del país se encuentra dentro de las más bajas en América Latina.


Así las cosas, es evidente que existe desigualdad, exclusión e inequidad de género, los principales problemas se relacionan con la falta de oportunidades y la carente participación política y económica de las mujeres, por esta razón, es necesario proponer y adoptar medidas encaminadas a intervenir y rediseñar los marcos y políticas sociales, recursos que sean de carácter universal que tengan una verdadera perspectiva de género basado en criterios de igualdad, equidad y mejores oportunidades, teniendo mayor y mejor acceso a la fuerza laboral, la política, la educación, la salud, entre otros. 


El gobierno de Chile, junto con sus programas, propugnaba la igualdad de género, dentro de sus objetivos se encuentran transversalizar la perspectiva de género en el proceso de desarrollo, promover la búsqueda de oportunidades para mejorar la redistribución y la equidad de género en las políticas, programas y proyectos de desarrollo. Todo esto, con el fin de atender las necesidades de los requerimientos de carácter igualitario, para extenderlo a todos los sectores del Estado, vinculando a los organismos internacionales, a la academia y ONGS, entre otros.


La palabra "Transversalizar”[2] dentro de la perspectiva de género atiende criterios específicos, como el valor que debe dársele a las implicaciones que tiene para los hombres y para las mujeres cualquier acción que se construya en pro de  su reconocimiento social, bien sea de carácter legislativo o político, en todas las áreas y en todos los niveles. Por tal razón, este modelo obedece a componer el conjunto de estrategias para conseguir que las preocupaciones y experiencias de las mujeres, al igual que las de los hombres, sean parte integrante en la elaboración, control y evaluación de las políticas y de los programas en todas las esferas políticas, económicas y sociales, de manera que ambos componentes logren el beneficio de igualdad.


Mediante estas políticas, y la idea de involucrar las cuestiones de género a la totalidad de los programas sociales en el marco de la globalización, y atendiendo a los criterios de necesidad existentes, se fomentaría el ingreso de la mujer a la fuerza laboral, la participación política y su representación como sujeto social, estipulando la revisión de la normativa existente, a fin de corregir y eliminar la discriminación. Hay avance indudablemente, pero falta mucho más, más que una iniciativa, se debe contribuir al rediseño de políticas generales y sectoriales[3] en materia de protección social con perspectiva de género, que vaya más allá de aquellas que se orienta a atenuar carencias. “Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer[4]”, expresando también que “se entiende que avanzar hacia la igualdad en la condición de los sexos, requiere considerar a los hombres y mujeres como personas en igualdad de derechos y oportunidades, indivisibles e integrales”.


El Gobierno de Chile, reconociendo los avances obtenidos en pro de la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, está consciente que aún existen obstáculos para lograr la plena inserción de las mujeres al desarrollo del país.


  
ANALISIS DEL ENFOQUE DE GÉNERO.
Años atrás, aproximadamente en los 50, surgieron diferentes enfoques, los relacionados con la mujer, como el enfoque de Bienestar, de empoderamiento, de antipobreza, entre otros, se caracterizaron por el énfasis en el desarrollo, posteriormente la evolución de la perspectiva de género, buscaba la incorporación de las mujeres al desarrollo con enfoque de género a las políticas públicas, lo que permitiría aumentar la eficacia de las acciones en relación con los organismos internacionales cooperantes para el momento, todo con el fin de obtener un mejor entendimiento de los cambios sociales, económicos y culturales, pues aumentar su eficiencia, promovería la transparencia, redistribución equitativa de los recursos, y permitiría el acceso a las oportunidades de participación ciudadana y fortalecimiento democrático de las mujeres.    


Para caracterizar el concepto “Género” se deben distinguir ciertos criterios, pues sexo es distinto de género, su definición obedece a aquel conjunto de características biológicas que diferencian a los hombres de las mujeres, en este orden, la palabra género admite aquellas relaciones y características sociales y culturales que identifican el comportamiento de hombres y mujeres y la forma en que ellos interactúan. El “Género” tiene un carácter relacional, pues al incluir hombres y mujeres, debe vincularlos, así mismo, los conceptos, etnia, edad o religión, el género es una herramienta de análisis para comprender los procesos sociales y propiciar políticas que reconozcan e interpreten la diversidad, incorporando la perspectiva de género en cada uno de los distintos sectores del Estado para lograr avance en su proceso de institucionalización de la dimensión de género.


En este orden de ideas, el enfoque de género se refiere a los conceptos sociales de las funciones, comportamientos, actividades y atributos que cada sociedad considera apropiados para los hombres y las mujeres. Las diferentes funciones y comportamientos pueden generar desigualdades de género, es decir, diferencias entre los hombres y las mujeres que favorecen sistemáticamente a uno de los dos grupos.
Con relación a estos discernimientos, el análisis de género, permite comprender las demandas diferenciadas de hombres y mujeres con el propósito de dar respuestas más informadas, más eficientes, más focalizadas, más adecuadas, más participativas y más equitativas. Surge allí la necesidad de incorporar el enfoque de género con perspectiva de derechos[5], pues se necesita la justicia entre hombres y mujeres, para mejorar las oportunidades, de modo que tengan las mismas posibilidades de acceder y disfrutar de los beneficios de las políticas públicas, el estado debe ser garante, analizando las causas que generan desigualdades y evaluando la factibilidad de modificarlas. 



MUJER EN LUCHA PARA CONSTRUIR SUS DERECHOS.
Vale la pena destacar en este aparte, la gran trascendencia en la historia de las luchas femeninas en Chile,  con el Movimiento Pro Emancipación de la Mujer Chilena, “MEMCH”[6], se propendía por la protección de la madre y defensa de la niñez; por que la mujer pudiera ocupar cualquier cargo rentado e igualar los salarios con el hombre. A pesar de que la sociedad todavía mantenía la idea de que el trabajo remunerado en la mujer era accidental y casi que clandestino, era generalmente aceptado por razones de que pudiera ayudarse en gastos, por esta razón el movimiento busco la defensa del régimen democrático que abogara en principio por la «emancipación biológica», es decir, contra la maternidad obligada, proponiendo la divulgación estatal de métodos anticonceptivos.
Los temas relacionados con el aborto clandestino, la madre soltera, el divorcio legal, la prostitución entre otros muchos aspectos, trataron de cambiar la visión impositiva y obligante de las que eran blanco las mujeres, sus luchas por conquistar derechos, buscaron siempre mejorar las condiciones de dignidad, igualdad y justicia; la toma de conciencia de un grupo de mujeres, permitió democratizar la sociedad un poco, pues en aquellas épocas se dictaron algunos decretos que otorgaron a la mujer el derecho a ingresar a la Universidad, la mujer podía tomar lecciones de música, leer a los poetas greco latinos y alguna novela francesa de carácter romántico y educativo. Para su formación normal debía aprender «labores de mano y los buenos modales de una dama», como preparación para el matrimonio, en la parte de la formación religiosa, debía conocer el Catecismo y las vidas ejemplares de los santos; la mujer de escasos recursos no tenía otro acceso a la cultura que la vía oral, ni más conocimientos que la sabiduría popular.  


Esta historia permite entrever que las luchas sociales, en este ámbito en particular obedece a los criterios de necesidad, referidos al compromiso social de emerger de un gobierno dictador, carente de protección y vulnerante de derechos, la asociación de mujeres a través de la historia, logró la  focalización de las necesidades de género, y configuraron la construcción de una perspectiva del mismo para buscar políticas y medidas de protección para garantizar sus derechos. Es complejo llegar al enfoque de género con perspectiva relacional, pues partiendo de la base de su jerarquía es evidente que aun  pese al avance, la lucha y la construcción de derechos, no han sido suficientes, todavía hay desigualdad de poderes, lo que traduce más  desigualdad de oportunidades y de resultados.


Es evidente que hay desafíos, Chile es un país comprometido con los programas de acción mundial que propende por la institucionalidad del género, lucha por implementar políticas públicas que superen la inequidad, se han logrado avances en las últimas décadas, pero como lo  he venido mencionado, aun falta mucho, como lo demuestra el Informe de Desarrollo Humano de  2010[7],   las mujeres siguen siendo las principales, responsables de las tareas domésticas, hay un rezago en el acceso a los puestos de decisión, hay situaciones que siguen siendo apremiantes, como la violencia contra las mujeres, y derechos que no están asegurados, como los derechos sexuales y reproductivos.


DERECHOS VULNERADOS, ESFERAS FAMILIAR, POLÍTICA Y LABORAL.
Persisten en Chile las diversas formas de discriminación que afectan principalmente a las mujeres en los entornos familiares, positivos y relacionados con la fuerza laboral; estas barreras limitan el pleno goce de los derechos sustantivos en igualdad de condiciones,  según el estudio de algunos informes realizados por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se verifico que perduran actos de discriminación en las diversas esferas, y son toleradas por la sociedad y se acentúan en formas de inequidad estructural a nivel familiar, político y aboral; por tal razón, surge la necesidad de vincular a los poderes del Estado para que contribuyan en la implementación de proyectos que rediseñen las políticas públicas, para que siendo una forma preventiva, su reglamentación permita la capacitación y sensibilización de los diferentes actores sociales, en pro de lograr la equidad de género. 


Preocupa a la Comisión, que como consecuencia de los estigmas de la mujer y su rol en la sociedad, se siga teniendo la concepción que las mujeres lleven la responsabilidad principalmente en actividades como la crianza y las labores domésticas, lo cual no permite progresar en el ámbito político y laboral, no habría distribución equitativa y justa de responsabilidades dentro del área relacional. Aunque el marco normativo reconoce la igualdad de obligaciones y derechos entre hombres y mujeres, existen disposiciones legales que son discriminatorias contra las mujeres. La práctica estatal reconoce que la responsabilidad de la mujer en la parte de labores domésticas, incluye diversas formas de violencia, tal como la física, sexual y psicológica, pues estudios confirman que cada semana muere una mujer en manos de su pareja en Chile.  
Estas estadísticas delimitan la magnitud y gravedad de la violencia soportada por las mujeres chilenas y el fuerte impacto de la segregación, les impide participar en la fuerza de trabajo, ya que éstas pueden tener tendencia a rechazar o abandonar un trabajo como consecuencia de la violencia ejercida por su esposo o pareja[8].  El aparato judicial también discrimina a la mujer, las visitas a los despachos confirmaron que existe sobrecarga de trabajo, hay retraso en la tramitación de solicitudes que se traducen en impunidad y desprotección estatal. 
Así mismo, la esfera política, refleja ciertos retrasos en la adopción de medidas a mediano y largo plazo que garanticen una participación efectiva y sostenible de las mujeres en todos los sectores de la administración pública. Los bajos niveles de representación de las mujeres contrastan con los altos niveles de desarrollo socioeconómico y humano que han caracterizado al país en las últimas décadas. Referente a la salud, hay esfuerzos por reformar el sistema de seguridad social, lo que contribuye a reunir esfuerzos para lograr la igualdad de las mujeres, que logre trasformar el panorama de desigualdad, cuyas políticas y mecanismos de protección garanticen y otorguen derechos favorables, igualitarios y justos.


CONSTRUCCÓN DE POLITICAS PUBLICAS, CAMINO DE RECONOCIMIENTO E IGUALDAD. 
Partiendo de la premisa de que la políticas públicas son herramientas que permiten  construcción y reconocimiento de derechos perdidos y vulnerados, tomadas desde una perspectiva de género reflejan la intención de reivindicar el impacto que deja el quebrantamiento y vulneración de su naturaleza, en un contexto de memoria desbastada por el terror, la implementación de una política social justa, sería el camino más eficaz para derrotar las concepciones y prácticas tradicionales de la familia, los patriarcas y paternalistas, lo anterior con el ánimo de elevar y mejorar las  condiciones de vida en un marco de dignidad y equidad. 


Frente a las imperiosas desigualdades de hombre y mujeres, referentes al acceso al poder, a los recursos básicos, a la representación política y reconocimiento social, los diferentes organismos de intervención internacional, recomiendan rediseñar las estrategias de desarrollo que se enfoquen a reducir las distintas formas de discriminación de la mujer, la identificación temprana de los diferentes signos de inequidad, apoyan el refuerzo de las decisiones políticas que se vienen implementando por el estado, lograr un país sin exclusión, comporta que las mujeres puedan ejercer plenamente sus derechos, promover el mérito, desechar la segregación y priorizara los derechos mínimos que permitan erradicar la violencia en un contexto generalizado. 


Pienso que las mujeres son plenamente capaces de realizar sus expectativas y proyectos, lo que se necesita son mayores oportunidades de inclusión social, más incorporación a los proyectos políticos, y más reconocimiento que permita la paridad en el goce y disfrute de derechos. Fundamentar las políticas públicas, con enfoque de derechos, requiere reconocer el valor supremo de todos los seres humanos, la Dignidad, condición esencial que bajo el contexto de atropello y vulneración, no permite la realización ni el florecimiento de las condiciones de equidad, igualdad y justicia. 


Finalmente, en el marco de avances de reconocimiento político y social de las mujeres, existe necesidad de un mayor compromiso por parte del Estado, los actores de la sociedad civil y los Organismos Internacionales para la consolidación de políticas que promuevan la participación efectiva de las mujeres, vinculándolas en todos los sectores, legislación, familia, educación, cultura, trabajo, salud, participación y fortalecimiento institucional, lo que conlleve a lograr el equilibrio sustantivo, y no las exponga a más riesgos, daños y desventajas.




BIBLIOGRAFIA.

§  Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos 
§  Centro Regional de Derechos Humanos y Justicia de Género (Humanas), Informe Sombra CEDAW, Chile 1999-2006
§  CEPAL “La Protección social de cara al futuro, Acceso financiamiento y solidaridad” Montevideo, Uruguay marzo de 2006, “Empoderamiento de las Mujeres,
§  Naciones Unidas y Gobierno de Chile, “Los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
§  Participación Ciudadana y Capital Social”.
§  Primer Informe del Gobierno de Chile” Santiago de Chile, 2005. 
§  PMG 2002 de Equidad de Género.
§  Primer Informe del Gobierno de Chile” Santiago de Chile, 2005. 
§  Sistema de las Naciones Unidas en Chile. Derechos de las Mujeres y Equidad de Género. Enero 18/2012.
§  Revista latinoamericana de ensayo y opinión fundada en Santiago de chile.1997





[1] Alta Comisaría de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
[2] Tomado de la Agencia Especializada de Naciones Unidas, OIT Instrumentos para la igualdad de género.
[3] CEPAL “La Protección social de cara al futuro, Acceso financiamiento y solidaridad” Montevideo, Uruguay marzo de 2006, “Empoderamiento de las Mujeres, Participación Ciudadana y Capital Social”, pp. 173 a 176.
[4] Naciones Unidas y Gobierno de Chile, “Los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Primer Informe del Gobierno de Chile” Santiago de Chile, 2005. PP.62
[5] PMG 2002 de Equidad de Género.
[6] Revista latinoamericana de ensayo y opinión fundada en Santiago de chile.1997
[7] Sistema de las Naciones Unidas en Chile. Derechos de las Mujeres y Equidad de Género. Enero 18/2012.
[8]  Centro Regional de Derechos Humanos y Justicia de Género (Humanas), Informe Sombra CEDAW, Chile 1999-2006, pág. 77, nota al pie 198.

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