lunes, 27 de agosto de 2018



INSUMOS PARA CONSTRUIR UNA RUTA POSIBLE DE DIALOGO ENTRE EL GOBIERNO DE IVAN DUQUE Y EL ELN

CARLOS MEDINA GALLEGO
Docente-Investigador
Universidad Nacional de Colombia
Centro de Pensamiento y Seguimiento al Proceso de Paz –CPSPP-

El proceso entre el gobierno del presidente Iván Duque y el Ejército de Liberación Nacional (ELN) está en un estado latente de coma.  Todavía no se reactivan las conversaciones en razón no solamente de los incidentes de violencia armada que mantienen 9 personas retenidas-secuestradas por el ELN en los departamentos de Arauca y  Choco a la espera del desarrollo de un proceso humanitario  de liberación, sino que, adicionalmente, el nuevo gobierno se ha dado un tiempo prudencial de un mes que termina el próximo 7 de septiembre,  para hacer  consultas y estudios necesarios sobre la pertinencia o no de estos diálogos. 

Frente a esta situación y en favor de los mismos se podría señalar los siguientes puntos:

Primero.  Existe una voluntad explícita del Ejército de Liberación Nacional de continuar los diálogos y las conversaciones de paz con el nuevo gobierno del presidente Iván Duque, en el marco de los planteamientos que han definido su comportamiento histórico alrededor de la solución política al conflicto armado, cuyo cimiento esencial lo constituye la participación de la sociedad civil.

Igualmente, existe por parte del gobierno actual un interés en revisar el estado de ese proceso;  concertar los ajustes que sean necesarios, si consideran que el dialogo es viable, después de las consultas y análisis realizado durante el mes de balance y, retomar las conversaciones. El nuevo gobierno querrá darle a los mismos su propio enfoque y sello, y, si es posible, llevarlos a un lugar en el que se puedan obtener resultados tangibles en poco tiempo. 

Esto quiere decir que por ahora existe un interés manifiesto del ELN de mantenerse en diálogos y un interés latente del gobierno en su disposición para revisar lo alcanzado y mirar cómo se definen las rutas en el marco de la filosofía y el espíritu que anima el nuevo gobierno a este respecto. Es una oportunidad de las dos partes para hacer un proceso exitoso en la medida en que ambas han cuestionado los diálogos del gobierno anterior con las FARC.

Segundo. Si se mantienen las posturas que hasta ahora se han hecho explícitas por parte del gobierno nacional en cabeza del presidente Iván Duque y del Ejército de Liberación Nacional en la delegación de paz que se encuentra en la ciudad de La Habana,  las posibilidades que este diálogo marche en los próximos días resulta absolutamente inviable. 

Es necesario que una y otra parte asuman una actitud flexible y tengan desprendimientos en relación con las posibilidades de construir un escenario de conversaciones que responda a los intereses diferenciados de las partes en el marco de la construcción de un interés común:  La paz.
 
Si el gobierno sostiene, como lo ha manifestado, su enfoque de DDR, esto es,  desmovilización, desarme y reinserción con algún tipo de beneficio jurídico para los miembros del ELN,  esta guerrilla,  seguramente,  va a ser renuente a esa propuesta, pues en la práctica resulta el sometimiento de una guerrilla derrotada y ellos no se consideran en esa situación. 


Si el ELN mantiene la agenda que venía desarrollando con el presidente Juan Manuel Santos e insiste en el desarrollo de la misma y el poder avanzar en el camino de un cese bilateral al fuego el proceso va a ser inviable. 

Por ahora, lo que existe es una voluntad de partes para retomar, si las condiciones se dan, las conversaciones. Ese debe ser el punto de partida que hay que defender, esto es, mantener el proceso desprendiéndose absolutamente de todo lo que impida que el mismo se produzca. 

Esto implica la necesidad de que el ELN revise las posibilidad real de desprenderse de la agenda que venía desarrollando, manteniendo de ella aspectos que considere esencial en el marco del espíritu que la movía más que de las formulaciones literales de la misma que son esencialmente metodológicas.
 
Disponer la voluntad de las partes para recomponer la agenda de conversaciones de una manera acotada y alcanzable es un primer requerimiento qué tiene este proceso y, tanto el gobierno como el ELN deben flexibilizar sus posiciones.
Es necesario construir una agenda sustantiva que tome en consideración puntos de discusión que comprometan a las dos partes y definir la participación de la sociedad y si su carácter, en materia de lo propuesto es vinculante o incidente en las conversaciones.
 
El diálogo es entre el ELN y el gobierno nacional y el acuerdo debe ser un acuerdo de las dos partes en el que ambos logren de manera diferenciada sus propósitos con el mayor realismo posible y asuman las responsabilidades con la mayor objetividad y responsabilidad.

Tercero. Hay que saludar el pronunciamiento hecho por la delegación del ELN en relación con el tiempo de los diálogos. Señalar qué 4 años es suficiente tiempo para dialogar,  llegar acuerdos e iniciar la fase de implementación sobre bases firmes, es una buena noticia,  pues permite establecer cronogramas y calendarios claros al proceso de conversaciones y de acuerdos. 

La sociedad colombiana está saturada de los procesos de conversaciones de paz y el resultado de los mismos. Esto demanda de una estrategia comunicativa por parte del gobierno y del ELN, que permita nuevamente a la sociedad motivarse al respecto de la obligatoriedad de la paz en el marco del mandato constitucional. Los diálogos con el ELN  son una oportunidad para el nuevo gobierno de avanzar en las posibilidades de la paz completa y en la construcción de sus propias legitimidades tan duramente cuestionadas. Como no existe una política de Estado que obligue a los gobiernos a continuar procesos es fundamental que el diálogo, los acuerdos y las fases de implementación se den a lo largo de la actual administración.

Resulta de la mayor utilidad precisar los usos del tiempo, es necesario recuperar las experiencias que ha tenido el país en materia de conversaciones. Siempre debe tocarse en primera instancia qué es lo que se busca con los diálogos y definir con claridad metas y logros de futuro pues es a partir de allí que se construyen las confianzas y las certezas necesarias para tomar las decisiones requeridas.

El segundo tiempo de las conversaciones tienen que ver con el pasado esto es con lo que el conflicto dejó en materia de víctimas y de necesidad de verdad, justicia y reparación integral. Las víctimas se colocan al centro de este momento. Creo que en ese tema hay un camino andado del que no es fácil desprenderse y que habría que revisar y adoptar.
 
El tercer momento toma en consideración el presente qué es la terminación de la violencia política y de la guerra y que convoca el cese bilateral definitivo y la dejación de armas. Este punto no puede aniquilar los otros ni opacarlos, es un punto procedimental pero el esencial tiene que ver con la construcción de futuro y saldar cuentas con el pasado. Es posible que las dos partes puedan formular para el desarrollo de las conversaciones un gran pacto humanitario que desescale la confrontación armada y disminuya las hostilidades.   

Dos años de diálogos, conversaciones y acuerdos es suficiente. Dos años de implementación de acuerdos NO lo son, pero debe entenderse que todo acuerdo se va a tomar en términos de realizaciones una o dos generaciones, si no es que más, lo que hay que dejar establecido son los requerimientos institucionales y políticos necesarios para que el proceso siga andando sin dificultades.  

Cuarto. Seguramente habrá necesidad de definir la sede de los diálogos y las conversaciones y cuáles son los países garantes y acompañantes. Por la naturaleza del nuevo gobierno los diálogos no pueden soportarse sobre los apoyos de Venezuela y Cuba, pues no tendría presentación para ellos qué habiendo levantado el discurso político en la lucha contra el castrochavismo retomarán las experiencias bolivariana y cubana en el marco del nuevo proceso, con todo lo útiles que han sido. El papel de Cuba ha sido esencial como sede de diálogos con el ELN, incluso durante la administración de Álvaro Uribe Vélez.   Tal vez lo más pertinente es iniciar los diálogos en algún país amigo y garante que permita los ajustes de agenda pero, con el propósito de trasladar las conversaciones lo más pronto posible al interior del país con las debidas salvaguardas y protecciones para la comisión de paz del ELN, que contemple la solidaridad de la comunidad internacional y de la iglesia.  Si la participación de la sociedad es fundamental, lo mejor es tener la mesa de conversaciones al alcance esa participación. Un papel importante debe jugar España en estos diálogos en la medida que fue el país que metió al ELN en la lista de organizaciones terrorista en la comunidad europea y es quien debe sacarlo.

Quinto. Uno de los mejores y más sólidos patrimonios que han tenido los diálogos en las últimas épocas es el acompañamiento de la comunidad internacional. Pero es necesario señalar que ésta es pragmática, quiere ver resultados y quiere verlos lo más pronto posible en la medida qué los gobiernos y la comunidad internacional también se agotan, se desgastan. La comunidad internacional trabaja con sus propios tiempos, procedimientos y regulaciones, lo que requiere de las coordinaciones más técnicas y precisas. Es necesario tomar en consideración las sugerencias que pueda hacer las Naciones Unidas al respecto de su participación en estos procesos en las tareas de monitoreo y verificación, buscando que se realicen con todos los requerimientos de tiempo y tramites.  
 
Sexto. La mesa de conversaciones es una escuela de aprendizajes y una fuente de emanación de toma de decisiones. Por esto,  no debe preocupar la postura con que llegue el gobierno y el ELN a la mesa pues seguramente en la medida en que los diálogos vayan realizándose y los propósitos del mismo se vayan alcanzando, las decisiones fundamentales se irán produciendo, entre ellas, la decisión de colocar fin a la guerra y hacer formalmente efectiva la premisa de separar las armas de la política.
 
Séptimo. Las tensiones con Venezuela y la presencia permanente del ELN en el territorio fronterizo de este país no deben ser un obstáculo para desarrollar las conversaciones de paz,  por el contrario, debe ser una razón más para superar el conflicto y distensionar las relaciones de vecindad. No creo en la estupidez de llegar a pensar en un conflicto armado entre las dos naciones pues los objetivos estratégicos de ese conflicto golpearían profundamente a los dos países y sus respectivas economías. Economías ambas extractivistas dependientes del petróleo.
 
Pienso que ningún papel significativo podría jugar el ELN en esa guerra. Tampoco soy de los que piensa que el ELN se haya convertido en una guerrilla binacional. La doble  nacionalidad y cedulacion es propia de las zonas de frontera y en el caso de la frontera venezolana hace décadas que el ELN la habita.
 
Octavo. No es bueno colocar líneas rojas en los inicios de la conversación por ninguna de las dos partes. Cuando se trata de buscar la forma de poner fin a un conflicto armado como el colombiano se debe disponer de la mayor amplitud posible para poder dialogar. Las líneas rojas impiden avanzar a las conversaciones y se consumen los tiempos. Las agendas cuando son objetivas lo que hacen es  reflejar la correlación de fuerzas en el campo de batalla y ellas mismas en la práctica se van ajustando a los acuerdos posibles.

Noveno. El peor escenario que podría ocurrir es dar por terminadas las conversaciones y retomar la confrontación, porque ya lo tiene advertido la comunidad internacional y los organismos multilaterales que definen las rutas de inversión del sistema financiero global, la paz es un insumo productivo que ofrece seguridad material y jurídica a las posibilidades de inversión en la economía nacional. Nadie invierte en un país en guerra, cualquiera que sea la forma en que se presente.

Diez. Es necesario derrotar el pesimismo, aprender de Gaitán que lo imposible no es más que lo difícil visto por ojos donde no ha nacido la fe y ha muerto la esperanza y, en este país, no ha ocurrido ni lo uno ni lo otro.     




miércoles, 23 de mayo de 2018

"La tercera ola del feminismo se construye con mentiras"

                                 

                                  
                                                                       Christina H. Sommers
                                         Filósofa crítica con el feminismo contemporáneo


"La tercera ola del feminismo se construye con mentiras"
Christina H. Sommers


Esta académica y filósofa se ha empeñado en los últimos años en explicar por qué el feminismo se ha convertido en una palabra que disgusta a muchas mujeres, cuando en principio todas deberían estar a favor de un movimiento que nació para conseguir la igualdad de derechos y oportunidades para ellas. Después de formarse en algunos de los centros académicos más progresistas del país, ahora critica el pensamiento único que existe en los departamentos de estudios de género en los campus universitarios por lo que se ha convertido en persona non grata en muchos de ellos.

 A principio de siglo, empezó a preocuparse por el fracaso académico de los niños varones, sobre todo en las barriadas más pobres de EEUU. De un artículo en el Atlantic, acabó saliendo un libro, La Guerra contra los niños, que ya le posicionó enfrente de muchas feministas y al lado de Camille Paglia, crítica cultural que, con Sommers, mantiene que es una ficción negar las diferencias biológicas entre géneros.

En Quién robó el feminismo, la autora cree que el discurso de las académicas del género está muy desconectado del día a día de miles de mujeres de EEUU. Si hay algo que le saca de quicio es la expansión del victimismo y la asociación permanente entre cierto feminismo y la izquierda radical.

Ella se considera una librepensadora que no cabe en la corrección política que se hizo con el poder en la universidad de EEUU. Ahora investiga en el American Enterprise Institute, uno de los think tanks liberales más señeros de Washington, donde mantiene un videoblog, La Feminista Factual, en el que aporta datos para aprobar o rebatir algunas afirmaciones sobre la situación de las mujeres.

El otro día, en las redes, tuvieron que sacar una etiqueta, #porquésoyfeminista, algo impensable hace 30 años. ¿Por qué muchas mujeres ahora se niegan a identificarse con esa palabra? Porque el término se asocia ahora con el enfado, la falta de humor y el ánimo de venganza contra los hombres. ¿Está justificado? Pues no creo. Hay muchos estilos de feminismo y no todos implican esa actitud de revancha hacia los hombres, esa acritud. Desgraciadamente, ese estilo de feminismo feroz es muy poderoso en los medios y en las universidades. Tiene mucha atención pública pero, en realidad, no es bueno si lo que pretenden es ganar adeptas a la causa.

¿Cómo y cuándo empieza ese sentimiento antihombres?

Siempre ha habido cierta fobia a los hombres en algunas mujeres del movimiento, eso es innegable. Pero eran marginales. Pero hoy, al menos en las universidades, están siendo las protagonistas del debate. La masculinidad se trata de manera rutinaria como una patología que necesita una cura. Casi todos los libros de los estudios de género culpan de la mayoría de los males de la sociedad a los hombres y al patriarcado.

El hecho de que casi todas las mujeres tengan un padre más o menos presente y muchas tengan hermanos e hijos, ¿juega un papel en ese distanciamiento hacia un feminismo que se autoafirma en una guerra de sexos?

Es parte de la explicación. Muchas hoy están agradecidas por lo que el feminismo ha conseguido: el voto femenino, la oportunidad de tener una carrera de éxito y una familia... pero esas mujeres difícilmente se pueden identificar con un movimiento que trata a sus hermanos, hijos o parejas como el enemigo. Y hacen bien: la vida no es una lucha maniquea entre Venus y Marte.

¿Cuándo pasó el feminismo de luchar por la igualdad de derechos y libertades a pensar que las mujeres casi nacen todas como víctimas potenciales de los hombres?...

El feminismo de hoy es de lamento. Se empezó a forjar en los 90. La causa noble de la emancipación de la mujer se transformó en victimismo. ¿Cómo pasó? Le echo mucho la culpa a una mezcla desafortunada de teorías de la conspiración sobre un patriarcado fantasma y la propaganda.

Desde hace años, he mirado con cuidado estadísticas sobre mujeres y violencia, depresión, desórdenes alimenticios, igualdad salarial y educación. Lo que he encontrado es información engañosa. La tercera ola del feminismo se construye con mentiras e hipérboles.

Por ejemplo, la desigualdad salarial. Sí, las mujeres ganan menos que los hombres pero es porque estudian distintas carreras, trabajan en distintos campos y menos horas. Cuando controlas todos estos factores, la diferencia casi desaparece. Pero eso no se dice en los libros de los estudios de género.

¿Aún hay asuntos por los que merece la pena seguir luchando?

El trabajo serio del feminismo en el siglo XXI tiene que ser global, por todo el mundo. En vez de retirarnos a lugares seguros y centrarnos en nuestra opresión imaginada, las feministas americanas y europeas deberían estar en contacto con grupos de mujeres del mundo en desarrollo. Afortunadamente, feministas como Ayaan Hirsi Ali reconocen ese reto moral. Ella ha animado a las mujeres privilegiadas occidentales a apoyar a mujeres que están luchando contra las muertes por honor, las ablaciones genitales, los matrimonios forzados, los ataques con ácido y los castigos con látigo.

Por supuesto que las feministas de las universidades se sienten mal por lo que les pasa a las mujeres en Yemen pero también piensan que comparten un destino común. Y pueden citar una letanía de estadísticas de víctimas de sus clases de estudios de género para sostener su punto de vista. Alguien les tiene que decir que esas estadísticas son engañosas y que, aunque la amenaza de daño es constante, ellas están entre las más liberadas y privilegiadas, por seguras, del planeta.

Hay feministas en campus de EEUU que protestan cuando Hirsi Ali quiere hablar allí. Consideran que tiene puntos de vista ofensivos con el Islam, y apenas se conocen iniciativas globales para apoyar a mujeres en Irán o Arabia Saudí...

En EEUU, muchas mujeres de talento y privilegiadas creen ellas mismas que están siendo víctimas de una opresión sistemática. Y no lo son. Ven injusticias por todas partes. Si un conferenciante va a sus universidades y no está de acuerdo con sus queridas creencias, lo ven como violencia psíquica. En la universidad de Brown, unas estudiantes se retiraron a un cuarto seguro con cuentos de colorear y videos de cachorritos. ¿Por qué? Porque venía un conferenciante controvertido. Pensaron que les podía causar un trauma. Cuando hablé en Oberlin, una universidad de élite en Ohio, 30 estudiantes y un perro de terapia huyeron a un espacio seguro. Me sentí mal por haber causado eso en un pobre perro. Cada vez más, los estudiantes activistas en EEUU se centran en su ombligo y en esa situación de opresión muy a menudo imaginada. Mientras, las mujeres de muchos sitios del planeta de verdad que están luchando por su libertad con sus vidas.

Como alguien que se denomina una feminista «objetiva», ¿en qué cree hay más diferencia entre los hechos y la opinión pública?

Los chicos occidentales de entornos desfavorecidos se están quedando atrás académicamente. Y no hay consciencia de esta situación. Los avances recientes de las niñas y de las mujeres en educación tienen que causar una profunda satisfacción, este año ha habido récord de mujeres universitarias en EEUU. Pero no nos puede hacer dejar de ver a los cada vez más numerosos chicos con fracaso escolar, chicos que se van a perder en nuestra economía basada en el conocimiento.

¿Qué es el feminismo de género, explicado a lectores no iniciados?

Es una escuela de feminismo de línea dura que ve a las mujeres, incluso en Occidente, como cautivas de un sistema de injusticia y de opresión. Según esta teoría, cada logro humano en realidad lleva el sello del patriarcado: literatura, filosofía, ciencia, música o lenguaje. No es suficiente con cambiar leyes o tradiciones. El sistema entero tiene que ser desmantelado. El feminismo de género salió de la política radical de los 60 y estuvo marcado por la filosofía marxista y la de Marcuse, Frantz Fanon y Michel Foucault. Yo, sin embargo, me considero una propagadora del «feminismo de igualdad» que lucha por la igualdad moral, social, legal de hombres y mujeres, por la libertad de mujeres y hombres para emplear su estatus de igualdad en intentar ser felices como ellos quieran. Su origen es la Ilustración. Dicho claro, el feminismo de la libertad quiere para las mujeres lo que para todos: dignidad, oportunidad y libertad personal.

No está en guerra con feminidad y masculinidad y no ve a los hombres y a las mujeres como tribus opuestas. No está en sus tablas sagradas las teorías de la opresión universal del patriarcado y los males inherentes al capitalismo.

¿Y el feminismo interseccional?

Nació en los 70, con mujeres negras que acusaban a las feministas blancas de no tenerlas en cuenta. Quieren que se tome en consideración la clase, la raza, el sexo o si hay discapacidad. Por ejemplo, una mujer blanca está discriminada por mujer pero privilegiada por su raza. Un hombre negro tendría ventaja como hombre y desventaja por su raza. Patricia Hill Collins, que fue la presidenta de la Academia de Sociología, es la artífice de este pensamiento y autora de un libro que retrata EEUU como tierra de opresión, un sistema rígido de privilegio y dominación. Collins y sus colegas advierten que, aunque la mayoría no lo vea así, es porque está escondido a la sociedad. El conocimiento dicen que se ha construido con las experiencias de los poderosos. Dicen que la idea de la objetividad basada en el conocimiento es una manera de pensar muy masculina y occidental...

Tengo problemas con cómo se enseña en las universidades porque es una teoría de la conspiración, si la cuestionas eres una opresora y nunca publican textos de escépticos... Y ser víctima es el modo de tener autoridad moral. Es difícil mantener una discusión racional. He visto congresos acabar con rituales y cantos. O el bullying a hombres blancos, los opresores, en los campus. Estas víctimas tienen permiso para tratarles mal.

Alguna vez usted ha dicho que las quejas de algunas feministas parecen hasta una parodia, como aquella que decía que había que cambiar el nombre al Big Bang...

Es que cada vez es más difícil apreciar la diferencia entre la realidad y la parodia. Algunos filósofos, incluido uno del MIT, han descrito las palabras «rigor» y «seminal» como opresoras masculinas. Pero si es que hay artículos académicos sobre la glaciología femenina.... La autora mira los desequilibrios de poder en las relaciones hombre-hielo. Si hasta hay toda una temática sobre la contabilidad femenina. No tengo ni idea de lo que es eso, en realidad no creo que lo sepa nadie pero hay universidades pagando a profesores para que lo enseñen.

Pueden parecer ejemplos extremos. Lo son. Pero es que lo extremo hoy en algunos sitios académicos es la norma.

¿Cómo compatibiliza el movimiento que se hable de «las mujeres» todo el rato y no lo hagamos de «los hombres»? ¿Cree que esa negación de la individualidad de las mujeres las está alejando de ellas precisamente?

Y es que hay situaciones muy distintas. Ahora mismo, en EEUU y en Europa es difícil saber quién está mejor. La vida moderna es una mezcla complicada de cargas y bendiciones, para cada sexo. Las mujeres es verdad que ganan menos y luchan con techos de cristal, pero los trabajos más penosos, más peligrosamente mortales, siguen siendo de los hombres. Podemos aliviar algunas de estas cargas con políticas sensatas, pero ahora mismo el lobby feminista parte de una lógica perversa: si algunos hombres están mejor que las mujeres, eso es una injusticia. Si a las mujeres le va mejor, eso es la vida.

Y, al final, como conseguimos un femenismo «más calmado y fácil de usar», como usted ha defendido que a veces que hace falta.

Mi consejo hoy para las mujeres jóvenes es que reformen el feminismo. Que corrijan sus errores. Que apoyen un feminismo cuyo objetivo sea dar a todas las mujeres -incluso a las muy moderadas y conservadoras- una voz distinta, más que una que pida para todas las mujeres lo mismo. Sobre todo, que hagan causa común con las mujeres que, alrededor del mundo, están luchando por libertades básicas. Apoyar a las mujeres que de verdad están oprimidas le daría al feminismo occidental algo de lo que ha carecido durante muchos años: un propósito contemporáneo digno de su pasado ilustre, prestigio.

Como me gustaría  que una mujer, todas en segundo renglón, llegara a la Casa Nariño, pero hay muchas mujeres y hombres votando por la sociedad patriarcal, excluyente y machista ... peleando contra quienes hemos hecho de la lucha por la igualdad de genero, un propósito de vida.  

COMENTARIO FINAL

 Mis más sinceros AGRADECIMIENTOS a ese mundo de mensajes de solidaridad frente a comentarios que lejos de toda verdad, enlodan mi buen nombre, mi compromiso histórico con las luchas de género y la defensa estricta de los derechos de las mujeres.

La UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA ha creado un protocolo para el tratamiento del acoso sexual y laboral y ha diseñado una ruta de acompañamiento a las víctimas.

No hay ningún juez superior a mi CONCIENCIA de estar haciendo bien lo que me corresponde.

Hay otros que prefieren el ESCANDALO a la JUSTICIA y dicen están en defensa de las víctimas cuando en la práctica están victimizando.

Gracias a todas las voces de solidaridad, para todas ellas mi afecto. Estén tranquilos y tranquilas que cuando se ha crecido como árbol uno no se espanta frente a quienes medran como enredaderas.

Quiero compartir este articulo Christina H. Sommers que me enviaron las feministas de verdad, las que están con las mujeres de las barridas y las comunas, con las obreras, las campesinas, las negras y las indígenas construyendo la igualdad de género, desde un feminismo de libertad y lo hago porque en gran medida explica lo que está pasando en nuestras universidades.


Doy por terminado este asunto este país necesita más de nosotros y nosotras del lado de la libertad,  la igualdad, la justicia social y la democracia.