jueves, 2 de junio de 2016



Una red global para gritar ¡BASTA!
Por Sandra Bianchi (Buenos Aires, Argentina)

Hay antologías ¡Basta! recorriendo este mundo nuestro de cada día. Son antologías de Chile, México, Bolivia,  Perú, Venezuela, Colombia, Estados Unidos y Argentina. Y las hay de otros países, en gestación. Un mapa de ¡Basta! para decirle NO, cien veces NO (así, en mayúscula altisonante) a la violencia contra la mujer.
Porque el título completo de estas antologías nacionales–universales es ¡Basta! Cien mujeres contra la violencia de género, surgidas por la maravillosa iniciativa de un grupo de escritoras chilenas. Ellas son Pía Barros,  Gabriela Aguilera V., Patricia Hidalgo, Susana Sánchez, Ana Crivelli y Silvia Guajardo.
Las “asterionas”, hacedoras multifacéticas de la editorial Asterión, fueron las ideólogas que publicaron no solo el primero de los libros de esta serie sino también, pasaron la posta de ¡Basta! a los colegas de los mencionados países. Compartieron su  objetivo “nos planteamos la necesidad de enfrentar las diversas formas de la violencia desde la creati­vidad. Desde la escritura.”, tal como declaran en el prólogo. De esta manera, simbólica de algún modo,  legaron la tarea y el compromiso en pronunciarse literaria y activamente a favor de esta causa, que se ha convertido en un triste flagelo, global y actualizado. De otra manera, administrativa de algún modo, encomendaron  la realización de estas nobles publicaciones mediante un protocolo, que establece ídem metodologías de trabajo y propósitos. Entre las recomendaciones, por ejemplo, es requisito que estas antologías no tengan fines de lucro.
En verdad, más que una antología multiplicada, se trata de un proyecto en red. Un proyecto literario y vital. Y solidario. Y militante.
La expresión artística en general, la escritura y la lectura en el caso que nos ocupa,  habilita el encuentro de subjetividades, la de las creadoras y sus destinatarios y destinatarias, permitiendo poderosos insights. Tanto más, o más orientados,  parecen producirse con este florilegium que tematiza un mal tan cotidiano, tan vigente, tan cercano. Todas, todos, hemos padecido esta violencia en alguna de sus formas… las hay invisibles y silenciosas, y por esa misma razón, son naturalizadas (como ejemplo, el mal trato verbal, que puede pasar desapercibido como tal). O las hay de mayor  visibilidad e impacto,  padecida (ya no por todas, pero todas tenemos un caso cercano, sin dudas) por gran cantidad de mujeres, en la forma atroz de golpes y ensañamientos variados. Este diverso y lamentable mosaico se refleja en estos volúmenes.
Como antólogos, tenemos devoluciones, comentarios, y anécdotas de toda estirpe, tan duras como tiernas,  de quienes se animan a leer ¡Basta!, y también de quienes se animaron a escribir. Afloran las vivencias, los homenajes, los exorcismos, el túnel del tiempo personal o la actualidad individual o social más descarnada, que laten o que estaban dormidos en algún lugar de la memoria.
En la experiencia argentina, desde la publicación de la antología en 2013 hemos realizado, y seguimos adelante con la tarea de presentación del libro en eventos grandes o pequeños, en distintas ciudades y localidades de nuestro país. Todo es útil para promover el ¡Basta! local, dar a conocer el proyecto global y suscitar un estado de conciencia mediante la literatura.
Son libros con cien textos breves que cuentan historias de vida o de ficción, dolorosas y repudiables. Son libros en los que hay que disponer no solo la mente sino también el cuerpo para poder leer. Hay que respirar hondo antes y después de la lectura de cada texto para alejar a los fantasmas y a los demonios que producen la identificación y la empatía. Hay que respirar hondo y dejar que la literatura,  en estas  dosis mínimas, convoque y conjure.

Basta en red
He aquí una muestra de esta red de microficciones  en contra de la violencia contra la mujer. Las responsables de cada país han enviado una selección de cinco textos según diversos criterios en los que se entrama, se hace eco o espejo, la violencia en sus variados marcos: la explícita y simbólica,  la de género, la del lenguaje, la de las grandes urbes o los pueblos chicos y sus conflictos, la de usos y costumbres locales, la social, de clase, la cotidiana, la laboral, la patriarcal, la de Estado, la económica y un sinfín de matices que la reflejan. Algunos de los criterios también se relacionan con motivaciones literarias, la calidad de los textos o la inclusión de autoras poco conocidas en el ámbito de la escritura breve.
Son destacables algunos datos de edición, por ejemplo, ¡Basta! Chile lleva cinco ediciones y una sexta bilingüe. En México, se reimprimó tras agotarse rápidamente su primera edición de mil ejemplares, y más allá de los números, en todos los países la recepción es estimulante, entusiasta y fértil.